"Mi pequeña Eulalia" es la alineación de dos historias, narradas como si apenas estuvieran sucediendo. Una basada en un hecho histórico: la muerte de Jorge Eliecer Gaitán y su consecuente grito interconectado con el imaginario social revolucionario de Erasmo, un obrero que murió en otro hecho acreditado en la historia colombiana, conocido como "La masacre de las bananeras". Este plano real dio vida a la primera historia y es abordado por Aída Yepes sin asumir posición entre los dos partidos ideológicos existentes. Allí puntualizó los acontecimientos con objetividad, como si su papel hubiese estado limitado a contar lo que hace la gente, sin rotular sus actuaciones como virtudes o indignidades. La segunda historia es imaginaria y está personificada en Eulalia Lorenzana Sarrazola, una pequeña que con su sensibilidad y carácter moldeó en forma determinante los personajes que la acompañaron en la travesía de la cruda realidad que le tocó por vida. Una vida sobre la cual, la autora de esta novela vació un baldado de escenas: algunas traslúcidas, en contraposición de otras turbias e imprecisas que solo evidencian lo repulsivo, deleznable y perverso de la condición humana. En ese ir y venir, entre la ficción y la realidad, se tatuó "Mi pequeña Eulalia como representación viva de un mosaico de voces, de una variedad de verdades y un amasijo de hechos cuya existencia parece imposible.